miércoles, 11 de febrero de 2009

SER LLENOS DEL PODER DE LO ALTO
















dia 2
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo
Efesios 6:10,11
Una vida poderosa, es igual a un recipiente muy valioso que cuando se llena de algo, ya no tiene lugar para nada mas; así es una vida llena del poder del Espíritu Santo no admite nada que disminuya esa dinámica. El propósito de Jesús al llamarnos fue para dotarnos de poder; pero, como no hemos estado dispuestos a esto, la iglesia vive una vida monótona, y no tenemos poder, por nuestra incredulidad; esta incredulidad nos lleva a vivir una cómoda vida de religiosidad que se va caracterizando por palabras. Alberto Daniel Gandino escribe: “cuando la comunidad cristiana no vive de acuerdo con el modelo que Dios ha dado, llega a ser una comunidad aislante, que comparte pensamientos, palabras, música, y no una forma de vida integral”
En este tiempo la característica del cristiano es: una vida sin poder una vida frívola, cada día la iglesia se ve amortajada por las necesidades, el trabajo, las preocupaciones, la diversión el estudio, la familia y otras mil circunstancias.
Estoy seguro que a ti te gustaría tener poder para ejercerlo en tu exterior, que al igual que Pedro y Juan al que tu le digas que sea sano, sane, y al que sea atormentado por los demonios le hagas libre, déjame decirte: que con certeza esto sería maravilloso ¡Por que va a suceder! Pero, el poder debe ser ejercido en primer lugar hacia nuestro interior creando convicciones bien arraigadas, y una pasión que pase sobre todos los peligros; que durante estos cincuenta días que te propongo para que te metas a la visión de Dios te dispongas a ser transformado por el Espíritu Santo de manera radical; para que tu vida sea llena del poder de Dios.
El objetivo del poder del Espíritu santo en tu vida, es que des testimonio de que Jesús, aquel que nos otorga el poder, esta en ti (Hech. 1:8; 1ª. Ped.2:9), y conste que al estar en uno, el poder de Dios, no se dice, se experimenta además, es una experiencia maravillosa; pero, el testimonio tiene que ser un testimonio convincente de que eres un real discípulo de Jesús.
Déjame enfatizarte que el Evangelio es poder (1ª. Cor. 4:19,20), es el poder del reno de los cielos manifestado a los hombres, por medio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por lo que me es preciso subrayarte, que Dios quiere que tu seas una persona de poder, que ejerza el poder ahora.
Obviamente, para esto, el poder de Dios debe limpiar en primer lugar todas las impurezas de tu vida, impurezas que solo tu conoces, y que a veces en un afán de evadir la responsabilidad de nuestros actos ante Dios, ocultamos y no confesamos, es por eso que en todo tiempo por medio de la predicación, Dios está marcando tus faltas y quiere que reacciones ante él confesándole estas, para que así El ejerza la bondad de su perdón (Sal. 51: 3,4); pero en cambio tu te molestas, y criticas al pastor o al predicador que Dios uso para marcarte imperfecciones acusándole de que no te quiere y desea echarte de su iglesia, y no conforme con eso, lo argumentas con medio mundo dañando a otros. Y con esto eliminas el deseo de Dios de ejercer el poder limpiador, regenerador y sanador para tu vida en primer lugar, y el poder sobre todas las cosas como lo hizo con sus primeros discípulos (Mat. 10:1,2; Luc. 9: 1-6).
El evangelio es poder para la iglesia ahora, no solamente en el pasado, como lo afirman algunos hermanos, ahora es cuando Dios quiere que seas un testigo de poder, ejerciendo ese poder en tu diario testimonio para los que no conocen a Jesús, ese es el propósito de Dios para tu vida; porque si bien es cierto que es para toda la iglesia, debes tomarlo a titulo personal, el propósito de Dios para ti es que seas una persona de poder. Y para esto, necesitas vaciarte de ti, de tu yo, de que tu opinión no sea tan importante para ti, que dejes a Dios actuar de una manera libre en tu vida, para que El haga los ajustes necesarios en tu carácter, en tu mente, en tu lengua, en tus ojos y en todo tu ser, para que así puedas percibir la voluntad de Dios, y no tu propia voluntad. Probablemente me hagas una importante pregunta ¿Cómo me vacío de mi mismo? Estos cincuenta días son una buena oportunidad para intentarlo y lograrlo meditando durante todo el día de tu ayuno en cual es la visión de Dios para ti y por medio de eso para el mundo, orando porque se cumplan en ti, asistiendo durante todos estos días a la casa de Dios para que tu y los demás santos en un mismo espíritu derrames tu corazón delante de Dios en ruego por que en tu vida y en la de toda la iglesia se cumplan los propósitos que El tiene para todos los que creen; invitando a personas nuevas a la casa de Dios para que se enteren recibiendo con mansedumbre todos estos consejos y rogando con pasión porque todo lo prometido por Dios se cumpla ahora.
Es por eso que el consejo vital que te puedo dar es: que permitas que el poder purificador de Dios se ejerza con toda autoridad en tus relaciones personales, sean estas de carácter que sean: familiares, de trabajo, de amistad etc. Para después lo ejerzas en la vida de tus oyentes, porque a decir verdad, tu como discípulo de Jesús, estas siendo observado, y esos observadores se deben convertir en unos oyentes, de lo que Jesús ha hecho en tu vida, dando un testimonio poderoso, ya que el Espíritu Santo pondrá en tus labios las palabras necesarias y de autoridad para que tu oyente sea convencido, no por tus palabras sino por el poder que el Espíritu Santo te ha otorgado; echando fuera demonios, sanando toda enfermedad que tus observadores puedan tener, y rompiendo toda atadura sobre la vida de las personas, llevándolas a la obra mas grande que se llevo a cabo en el Calvario.

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