miércoles, 18 de febrero de 2009

DANDOLE A DIOS LA OPORTUNIDAD DE QUEBRANTARNOS

¡Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de
mi pueblo; abrumado estoy, el espanto se ha apoderado
de mí!
Jeremias 8:21
No sé cómo se diga quebrantamiento en griego, latín, hebreo, o arameo, solo sé que quebrantamiento en español es romper, separar con violencia, cascar o hender algo, ponerlo en estado de que se rompa con más facilidad, machacar o reducir una cosa sólida a fragmentos relativamente pequeños pero sin triturarlos, forzar, o romper con dificultad. Eso es lo que necesitamos de parte de Dios, que Dios nos quebrante; porque si no eres quebrantado, Dios no puede edificar una vida poderosa, ¿me entiendes verdad? No es que a Dios le falte poder para hacerlo, nada por el estilo, lo que Dios espera es que le digas que te quebrante y te dispongas a ello. A Dios no le gusta reconstruir sobre cimiento ajeno, o cimiento que El no haya colocado, y como tú has construido tu propia vida sobre cimientos egoístas, convenencieros, mezquinos, y violentos; es menester que el rompa tu personalidad, que te separe de tus viejas y viciadas prácticas, que machaque tu carácter para ser completamente renovado y puedas tener una disposición nueva a ser renovado, a remontarte a la misma presencia de Dios. Si has sufrido por la causa de Cristo, solo es menester darle una revisada a la vida y ministerio de Jeremías, él había sido escogido para algo glorioso que no lograba entender en toda su magnitud, a quien Dios quebranto a tal grado que él dijo me sedujiste y me deje seducir, la gloria de Dios es tan maravillosa que sedujo a Jeremías a no darle mas importancia al sufrimiento humano.
Jeremías era un hombre totalmente quebrantado a tal grado que cuando se dio cuenta del sufrimiento que estaba experimentando, y quiso renunciar a su gloria que Dios le había dado al tomarlo como su voz, el exclamo: “Por eso dije: ¡no me acordare mas de Él ni hablare más en su nombre! no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiendo metido entre mis huesos trate de resistirlo pero no pude” (Jer. 20:9) ese fuego que ardía en sus huesos que lo alentó a seguir en su ministerio, es el que debe arder en los huesos de los santos que ahora vivimos el evangelio de Jesús; pero para que este fuego verdaderamente arda, es necesario ser quebrantados, Dios quiere meterte en su visión; pero no la podemos percibir con estos ojos humanos ni con esta mente, necesitamos percibirla en el espíritu; y para percibirla en el espíritu es necesario ser espirituales y para ser espirituales no necesitamos ser anacoretas, necesitamos someternos a la voluntad de aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable, es entonces que por medio del ayuno y la oración vamos derribando nosotros mismos nuestra fortaleza humana, para darle oportunidad al Espíritu Santo que obre con toda libertad y así quebrantado puedas meterte en la visión de Dios. ¿Sabes que el orgullo es lo mas difícil de ser quebrantado? El orgullo es parte inherente a nuestra formación humana, el orgullo estorba de manera completa la acción del Espíritu Santo en todo tu ser, la mayoría de santos aun somos orgullosos en demasía, viven orgullosos de no ser orgullosos, no soportan las faltas de los demás como si ellos nunca se equivocaran, como si ellos fueran infalibles. Los discípulos de Jesús eran orgullosos en demasía, ellos no sabían dejarse de los demás, cada uno tenía su porción de belleza y fortaleza como para enfrentar a los demás, cada uno tenía demasiadas capacidades como para superar a sus amigos. Te aclaro, el orgullo no es pecado, el pecado consiste en que el orgullo maneje tus acciones; porque supuestamente como hijo de Dios tu vida debe ser manejada por el amor que el Espíritu Santo imprime en tu ser.
Dios quiere que te sometas al quebrantamiento, déjame decirte que Dios te va a quebrantar con amor, porque el te ama demasiado como para matarte, o hacerte sufrir sin que lo soportes, aunque a decir verdad a veces sientes que Dios te quiere matar; pero, no es así. Pablo era un hombre muy orgulloso, el estaba orgulloso de su religión, de su estirpe, de su conocimiento, de su posición social, él caminaba sin bajar la mirada; pero, él era muy necesario para ser metido en la visión de Dios, por lo que era necesario ser quebrantado y Dios lo quebranto cuando le dijo: “Yo soy Jesús a quien tu persigues, dura cosa te es dar coses contra el aguijón” Dios lo dejo ciego por algunos días; pero, de inmediato envió a uno de los santos para que lo sanara, y al orar fuera lleno del Espíritu Santo y así fuera introducido a la visión de Dios. Es necesario que cada uno de nosotros hoy experimentemos ese quebranto de lo que somos y nos montemos en la visión de Dios. Creo que ahora mismo puedes pedirle a Dios que te quebrante, hoy mas que nunca el mundo esta necesitando hombres y mujeres poderosos que sepan en carne propia lo que es el quebrantamiento.

miércoles, 11 de febrero de 2009

SER LLENOS DEL PODER DE LO ALTO
















dia 2
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo
Efesios 6:10,11
Una vida poderosa, es igual a un recipiente muy valioso que cuando se llena de algo, ya no tiene lugar para nada mas; así es una vida llena del poder del Espíritu Santo no admite nada que disminuya esa dinámica. El propósito de Jesús al llamarnos fue para dotarnos de poder; pero, como no hemos estado dispuestos a esto, la iglesia vive una vida monótona, y no tenemos poder, por nuestra incredulidad; esta incredulidad nos lleva a vivir una cómoda vida de religiosidad que se va caracterizando por palabras. Alberto Daniel Gandino escribe: “cuando la comunidad cristiana no vive de acuerdo con el modelo que Dios ha dado, llega a ser una comunidad aislante, que comparte pensamientos, palabras, música, y no una forma de vida integral”
En este tiempo la característica del cristiano es: una vida sin poder una vida frívola, cada día la iglesia se ve amortajada por las necesidades, el trabajo, las preocupaciones, la diversión el estudio, la familia y otras mil circunstancias.
Estoy seguro que a ti te gustaría tener poder para ejercerlo en tu exterior, que al igual que Pedro y Juan al que tu le digas que sea sano, sane, y al que sea atormentado por los demonios le hagas libre, déjame decirte: que con certeza esto sería maravilloso ¡Por que va a suceder! Pero, el poder debe ser ejercido en primer lugar hacia nuestro interior creando convicciones bien arraigadas, y una pasión que pase sobre todos los peligros; que durante estos cincuenta días que te propongo para que te metas a la visión de Dios te dispongas a ser transformado por el Espíritu Santo de manera radical; para que tu vida sea llena del poder de Dios.
El objetivo del poder del Espíritu santo en tu vida, es que des testimonio de que Jesús, aquel que nos otorga el poder, esta en ti (Hech. 1:8; 1ª. Ped.2:9), y conste que al estar en uno, el poder de Dios, no se dice, se experimenta además, es una experiencia maravillosa; pero, el testimonio tiene que ser un testimonio convincente de que eres un real discípulo de Jesús.
Déjame enfatizarte que el Evangelio es poder (1ª. Cor. 4:19,20), es el poder del reno de los cielos manifestado a los hombres, por medio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por lo que me es preciso subrayarte, que Dios quiere que tu seas una persona de poder, que ejerza el poder ahora.
Obviamente, para esto, el poder de Dios debe limpiar en primer lugar todas las impurezas de tu vida, impurezas que solo tu conoces, y que a veces en un afán de evadir la responsabilidad de nuestros actos ante Dios, ocultamos y no confesamos, es por eso que en todo tiempo por medio de la predicación, Dios está marcando tus faltas y quiere que reacciones ante él confesándole estas, para que así El ejerza la bondad de su perdón (Sal. 51: 3,4); pero en cambio tu te molestas, y criticas al pastor o al predicador que Dios uso para marcarte imperfecciones acusándole de que no te quiere y desea echarte de su iglesia, y no conforme con eso, lo argumentas con medio mundo dañando a otros. Y con esto eliminas el deseo de Dios de ejercer el poder limpiador, regenerador y sanador para tu vida en primer lugar, y el poder sobre todas las cosas como lo hizo con sus primeros discípulos (Mat. 10:1,2; Luc. 9: 1-6).
El evangelio es poder para la iglesia ahora, no solamente en el pasado, como lo afirman algunos hermanos, ahora es cuando Dios quiere que seas un testigo de poder, ejerciendo ese poder en tu diario testimonio para los que no conocen a Jesús, ese es el propósito de Dios para tu vida; porque si bien es cierto que es para toda la iglesia, debes tomarlo a titulo personal, el propósito de Dios para ti es que seas una persona de poder. Y para esto, necesitas vaciarte de ti, de tu yo, de que tu opinión no sea tan importante para ti, que dejes a Dios actuar de una manera libre en tu vida, para que El haga los ajustes necesarios en tu carácter, en tu mente, en tu lengua, en tus ojos y en todo tu ser, para que así puedas percibir la voluntad de Dios, y no tu propia voluntad. Probablemente me hagas una importante pregunta ¿Cómo me vacío de mi mismo? Estos cincuenta días son una buena oportunidad para intentarlo y lograrlo meditando durante todo el día de tu ayuno en cual es la visión de Dios para ti y por medio de eso para el mundo, orando porque se cumplan en ti, asistiendo durante todos estos días a la casa de Dios para que tu y los demás santos en un mismo espíritu derrames tu corazón delante de Dios en ruego por que en tu vida y en la de toda la iglesia se cumplan los propósitos que El tiene para todos los que creen; invitando a personas nuevas a la casa de Dios para que se enteren recibiendo con mansedumbre todos estos consejos y rogando con pasión porque todo lo prometido por Dios se cumpla ahora.
Es por eso que el consejo vital que te puedo dar es: que permitas que el poder purificador de Dios se ejerza con toda autoridad en tus relaciones personales, sean estas de carácter que sean: familiares, de trabajo, de amistad etc. Para después lo ejerzas en la vida de tus oyentes, porque a decir verdad, tu como discípulo de Jesús, estas siendo observado, y esos observadores se deben convertir en unos oyentes, de lo que Jesús ha hecho en tu vida, dando un testimonio poderoso, ya que el Espíritu Santo pondrá en tus labios las palabras necesarias y de autoridad para que tu oyente sea convencido, no por tus palabras sino por el poder que el Espíritu Santo te ha otorgado; echando fuera demonios, sanando toda enfermedad que tus observadores puedan tener, y rompiendo toda atadura sobre la vida de las personas, llevándolas a la obra mas grande que se llevo a cabo en el Calvario.

lunes, 9 de febrero de 2009

CON LA CONCIENCIA DE QUE HEMOS SIDO ESCOGIDOS POR DIOS













DIA 1

Jeremías 1:5

Estaba sentado a la mesa de un restaurante después de haber dictado una conferencia para algunos pastores, nadie sabía el estado emocional en que me encontraba, trate de ser lo mas profesional en mi exposición, como ha sido mi costumbre, cuando el misionero que nos había convocado a esa reunión de trabajo pastoral propuso que tuviéramos un momento de oración. Todos accedimos agaché la cabeza y comencé a orar, en mi cabeza daba vueltas mi problema económico ¿Cómo le haría para obtener dinero para el sostenimiento de mi familia?. En esas elucubraciones estaba cuando de pronto sentí una mano que se poso sobre mi espalda y en un español bien entendible una mujer me dijo: “antes que te formase en el vientre de tu madre yo te escogí, y te di por profeta a las naciones así es que no temas que yo estoy contigo” aquellas palabras rompieron mi corazón y comencé a llorar de manera incontenible, no se aún si de tristeza o de alegría. Aquella mujer siguió orando en ingles, cuando hubimos terminado, supe que aquella santa no sabía hablar español y era la primera vez que estaba en México. Le dije a Dios gracias por tu amor, gracias por tus palabras, gracias por tu aliento, gracias por tu interés en un imperfecto y lleno de errores hombre como soy y he sido.
Jeremías fue un profeta apasionado, sufrido, firme cuya humanidad le indicaba dentro de la justicia humana, que dejara de lado el mandato que Dios le había otorgado; es por eso que Dios le dice estas palabras que son para usted también, usted debe apropiárselas, dígalas en voz alta y diga gracias Señor porque desde el vientre de mi madre me conociste, antes de que naciera me santificaste (me separaste), solo que por necio no había entendido. Lo mas maravilloso es que me diste por profeta a las naciones, esto es que tengo que predicar a las gentes de tu juicio por sus pecados y de tu amor por el perdón de los mismos; perdóname por no haber entendido esta verdad y privilegio que ahora tomo y me decido a ser ese profeta para tu honra y gloria.
Así es que, entendiendo que cada uno de nosotros hemos sido alcanzados con un propósito glorioso, ese propósito no solo consiste en alabar a Dios, o en ir al cielo, ese es parte del propósito; pero el propósito consiste en hablar con poder y pasión el mensaje del Evangelio, consiste en librar de la condenación eterna a miles de personas que caminan rumbo a la condenación eterna, así como me oyó, usted tiene la responsabilidad de librar a miles de almas del infierno, usted debe ser un verdadero profeta a las naciones. Cuantas veces confundimos la profecía como adivinación del futuro, como que Dios me diga lo que le va a pasar a fulano o a zutano, o cuando va a temblar, o cuando va a suceder un desastre, o que por medio de un sueño Dios me revele la vida de la iglesia para tener un morboso conocimiento; no, la profecía es que hables el Evangelio, que confrontes a la gente en sus pecados, el Espíritu Santo te va revelando lo que sucede en la vida de las personas, cuando tu les hablas la palabra con autoridad y sin rodeos, todas sus acciones son confrontadas por el Espíritu Santo. Cuando Pedro le preguntó a Ananías acerca de la cantidad de dinero que estaba trayendo era en lo que habían vendido la propiedad, Pedro estaba confrontando a ese hombre con la autoridad del Espíritu Santo, por su actitud, por la mentira, y le dice: “porque lleno satanás tu corazón para que mintieras al Espíritu santo…”. En ese momento el Espíritu Santo le dijo a Pedro lo que este matrimonio había urdido, no que el espíritu de Pedro haya ido a estar en el conciliábulo de Ananías y Safira.
En este tiempo me ha tocado escuchar a cristianos y aún a ministros decir: hay que respetar a la gente en sus creencias, en su idolatría, si quieren ser católicos que lo sigan siendo, lo importante es que acepten a Jesús aunque sigan en sus pecados de idolatría, como si Satanás respetara la vida de los santos. ¿Me entiendes? Hoy día, existe tanto egoísmo en los santos, que no pueden tomar la autoridad de Dios en sus manos, esto es que la autoridad de Dios en ellos brilla por su ausencia, viven peleando, criticándose, reprobándose, maldiciéndose y creyendo que son muy buenos santos, algunos hasta se dan el lujo de reconocer que caminan mal; pero no hacen nada por remediarlo, no se si seas esa persona; pero si lo eres ahora es el tiempo de hacer algo al respecto. Los discípulos de Jesús no lo entendieron hasta que el Espíritu Santo descendió sobre ellos, cuando esto sucedió ellos cayeron en la cuenta de que habían sido escogidos con un propósito muy importante y delicado que demandaba todo de ellos, solo que ellos tenían que tomar la decisión de darlo todo, eso si, a medias nada, Dios no desea obligar a nadie, El solo quiere que entiendas que has sido escogido para algo muy grande; pero El quiere todo o nada, a los mediocres dice: “los vomitare de mi boca”
¿Qué tanto aprecias tu escogimiento? Pídele a Dios autoridad para corregir en primer lugar tu vida, quebrántate delante de Él, de su grandeza, de su magnificencia, reconoce que solo El es quien merece la gloria y la honra y que tú tan solo ha sido llamado para servir, y tórnate a Jesús diciéndole:
Jesús haz en mi lo que tu quieras, no hay interferencia, moldéame a tu antojo, no me permitas decirte como hacerlo, ni tomar determinaciones personales en torno a como debo ser para ti, decido ahora olvidarme de cómo te he concebido, olvidar todo lo que se dice que hay que hacer, quiero que con toda libertad hagas de mi lo que tu quieras, que te posesiones de mi, que me uses como tu quieras para tu honra y tu gloria. ¡USAME!

sábado, 7 de febrero de 2009

PREPARANDONOS PARA LA VISION











Necesitamos llegar a experimentar la gloria de Dios; que la visión de Dios llegue hasta nosotros su iglesia; pero, para esto es necesario pagar el precio, Dios quiere que paguemos el precio de acercarnos a él. ¿Cuál es ese precio? Le voy a llevar a meditar en la experiencia de Moisés, del pueblo de Israel y de Jesús. Mucho se ha hablado de los cuarenta días que, tanto Jesús como Moisés y el pueblo de Israel pasaron en el desierto, es algo maravilloso, lo que ahora quiero compartirle es algo que Dios ha puesto en mi corazón y en mi mente, y me ha urgido a ponerlo en su corazón para que usted lo lleve a su mente y así en su mente experimente la misma gloria de Dios en todo su ser. Le voy a sugerir que conforme vaya leyendo cada una de estas lecciones usted vaya ayunando de manera moderada durante cuarenta días:
El primer día le sugiero ayunar de las seis de la tarde de un día hasta las seis de la tarde del día siguiente (si es posible comenzar el día lunes), a las seis coma un poco de fruta y algo ligero de comida, de gracias a Dios por ese primer día de ayuno, tómese el tiempo de leer la primera lección, si ya lo hizo, entonces relea la lección y diga a Dios: Si señor recibo tu bendición. El segundo día de ayuno (martes) lo va a comenzar a las doce de la noche de ese mismo día hasta las seis de la tarde del día siguiente, el tercer día (miércoles) lo va a iniciar a las doce de la noche y lo va a concluir a las seis de la tarde del día siguiente, el cuarto día de ayuno (jueves) a las doce de la noche y lo concluye a las seis del día siguiente, el quinto día (viernes), lo va a comenzar de las doce de la noche hasta las 12 del día del domingo, para que pueda comer y convivir con su familia, recuerde que su familia es muy valiosa y requiere de usted, no olvide que usted es el sacerdote de su familia, y un sacerdote ausente, es un sacerdote reprobado. Mi humilde sugerencia es que lo haga así sucesivamente hasta concluir esos cuarenta días de ayuno. Después de esos cuarenta días pase diez de fiesta con su familia, no falte a ningún culto de la iglesia durante esos diez días, es mas si puede asistir todos los diez días con su familia a la casa de Dios, hable con su pastor y dígale que quiere estar en el templo con su familia por esos diez días, dígale cual es su propósito, dígale que usted no quiere involucrar a nadie más que a su familia, que usted quiere servir a Dios a la iglesia y al mundo con mas entrega. Pues ese es el propósito de este libro, que Dios le revele su visión para que usted se suba en ella. Dios quiere meternos en su visión pero para eso debemos disponernos a ser moldeados, esperando en lo que El quiera hacer.
¿Cuál es la visión de Dios acerca de esta sociedad? ¿Cuál es la visión de Dios para la Iglesia? ¿Cuál es la misión de la Iglesia?
Lo mas importante es que usted como yo descubra la visión de Dios y la lleve a la práctica. En este tiempo se ha hablado de los cuarenta días que ayuno Jesús, los cuarenta años en el desierto de Moisés, los cuarenta años del pueblo de Israel, los cuarenta días de Moisés en el monte; pero, para la iglesia existe un programa diferente que son cuarenta días mas diez. Ahora le explico: después de la pascua cuando Jesús murió, al tercer día resucitó, y de allí paso cuarenta días con sus discípulos, cuarenta días de desesperanza, de incertidumbre, de miedo y desilusión; pero, diez días después cuando El ascendió al cielo aquellos discípulos se fueron a Jerusalén donde estuvieron por espacio de diez días en aquel caluroso aposento alto; y al décimo día, esto es cincuenta días después de que Jesús pago por los pecados de la humanidad, el Espíritu Santo descendió sobre aquellas ciento veinte imperfectas personas, y las hizo como quiso, ellos no sabían que era la iglesia, no sabían que era el Espíritu santo ni como se manifestaba, simplemente ellos se dispusieron a ser transformados y usados; esto es, no llevaban una idea preconcebida de cómo había de manifestarse el Espíritu Santo; como ahora la tiene la iglesia. Entonces nosotros como un recipiente del Espíritu santo debemos dejar que El se manifieste cuando quiera y como quiera.
Es por eso que en cincuenta días de una búsqueda desesperada, apasionada, y gozosa, que les propongo, debemos buscar esa unción para poder percibir la visión de Dios, sentir la compasión que Jesús sintió cuando vio a las multitudes como ovejas que no tienen pastor (Mat.9:36). Dispongan su corazón y su mente a ser transformados y cada que asistan a la casa de Dios denle libertad al Espíritu Santo que haga con ustedes lo que quiera y como quiera.